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El monstruo de los colores (uso en psicoterapia)


Referencia
Autora: Ana Llenas
Editorial: Flamboyant
Edades: de Niños y niñas en edad preescolar

El monstruo de los colores es un cuento que trata de un monstruo que un día despierta sin saber cómo se siente. Una niña, también protagonista, lo ayuda, en el transcurso del cuento, a que descubra y ordene sus sentimientos.

En un principio, el monstruo de los colores se encuentra pintado de una gran gama cromática, a trazos desordenados (simbolizando su confusión). Entonces, en la medida en que se explica cada emoción, adopta el color que la autora asocia a ella.

Al finalizar la historia, con ayuda de la niña, ordena todas sus emociones en diferentes botellas. Una amarilla, otra verde, etc., dependiendo del sentimiento que allí se contiene.

Temas para terapia

Uno de los temas más relevantes en el trabajo de psicoterapia con niños y niñas, es el fomento del desarrollo socioemocional. En psicoterapia es importante trabajar en la adquisición de herramientas para el reconocimiento y diferenciación de estados emocionales, así como de su regulación. Esto resulta una habilidad fundamental para el trabajo con la gran mayoría de los objetivos terapéuticos.

Daniel Siegel y Tina Payne Bryson escribieron sobre esto en su libro El cerebro del niño. Allí tratan sobre cómo es un objetivo fundamental del desarrollo, la progresiva integración de diferentes funciones de nuestro cerebro.

Una de las integraciones más importantes, es la de nuestra corteza cerebral y el sistema límbico. La primera se encargada del nuestra racionalidad, y el segundo es el responsable de la respuesta emocional primitiva y automática. Una de las formas en la que se puede establecer una conexión entre ambas, es a partir de la verbalización de los estados emocionales.

Así, en los momentos en que estos estados aparecen, si se favorece su verbalización y exploración racional, se permite un desarrollo más integrado.

En un artículo anterior escribí sobre el uso de varios cuentos sobre emociones para el trabajo en psicoterapia. En el destaca la existencia de diferentes libros para trabajar este tema, para diferentes edades, y aspectos a desarrollar (reconocimiento, validación, diferenciación, etc.). Algunos libros han sido creados con ese objetivo, y otros son obras de las que los terapeutas nos hemos apropiado.

El monstruo de los colores es, dentro de esta categoría de cuentos, uno que fue diseñado específicamente con este fin. Hablar sobre las emociones, reconocerlas y diferenciarlas. Ana Llenas, su autora, es diseñadora gráfica y arte terapeuta, por lo que en sus libros integra ambas disciplinas.

Fomenta un vocabulario emocional que permite describir distintos estados emocionales, a través de una metáfora sencilla. Esta es, los colores que se ordenan en diferentes frascos. Implícitamente propone que el bienestar emocional tiene a su base el entender lo que sentimos.

Actividades para realizar en terapia

Debido a que El monstruo de los colores es un libro tan popular, existen infinidad de actividades que han desarrollados psicólogos y educadores para su trabajo.

La misma Ana Llenas ha desarrollado en su página web una sección al respecto. Allí ofrece para descarga gratuita una serie de recursos para el trabajo con el libro: dibujos de monstruos de colores para imprimir, máscaras con ese diseño, actividades con frascos de vidrio y plantillas imprimirles, etc.

Además, la autora enlaza a un tablero en su cuenta de Pinterest. En éste ha recopilado diferentes recursos que la comunidad ha compartido en esa plataforma. Este es un espacio interesante para encontrar un montón de aplicaciones novedosas.

Algunas ideas que pueden servir de base para crear diferentes actividades son:

Escoge los colores de tus emociones

Una crítica que yo hago a este libro, es que predetermina los colores que atribuye a cada emoción. Se entiende que los colores guardan un significado psicológico, ya sea por la experiencia del mundo circundante o por referencias culturales. Sin embargo, cada persona realiza sus propias asociaciones, a veces intuitivas, a veces desde su propia historia vital.

Así, que una actividad importante a realizar es que cada niño o niña reformule los colores que el o ella atribuyen a su propio mundo emocional. Luego de esta reflexión, se pueden aplicar cualquiera de las actividades existentes con este libro.

Distribuir en frascos las emociones que sientes

Actividad con frascos o botes

Una actividad básica que la autora describe, es la del uso de frascos, tal como se realiza en el cuento, para categorizar emociones, representadas en d¡los diferentes colores.

Se disponen junto al niño o niña, una serie de frascos y diferentes objetos de colores (como lanas o papeles). La idea crear un contexto, tras la lectura del cuento, en el que se reflexione sobre las propias emociones y sentimientos. A partir de esa reflexión, el niño o niña asignan los colores que cada una tiene (pueden ser lanas de esos colores, papeles, etc.), y las va distribuyendo en los frascos.

El contexto diseñado y las diferentes formas en las que se puede realizar son tantas como terapeutas existentes.

Una idea básica es la de mantener en la sala de terapia los frascos disponibles y lanas o papeles de los colores correspondientes a cada emoción. Cuando en la sesión aparece algún contenido relacionado a un estado emocional, se invita al niño a que escoja el color con que asocia ese estado y lo coloque en el frasco correpondiente.

 ***En esta actividad hay que considerar el uso de frascos de vidrios por niños pequeños. Si no va a ser un trabajo guiado por un adulto (en su presencia), es preferible usar contenedores plásticos (ojalá transparentes) en su reemplazo 

Escoger al azar un estado emocional y hablar sobre éste

El ejercicio contrario al de distribuir las emociones en frascos, es el de relatar acontecimientos en que aparece una determinada emoción. Esta actividad se puede realizar con diferentes soportes, y uno de ellos es este libro.

Primer hay que escoger un formato. Este puede ser un dado que refleje a los diferentes monstruos de colores, un set de cartas, etc.. Entonces, se juega a que, mediando el azar, según la carta o cara del dado que aparezca, el niño o niña debe mencionar un momento en que haya experimentado esa emoción.

Explicar mis emociones refiriendo a el monstruo de los colores

A través del uso de máscaras, coronas o diferentes señales visuales, el niño o niña puede representar cómo se siente o sintió en determinado momento.

Esta actividad permite aumentar la conciencia y el reconocimiento emocional, y tiene aplicaciones, tal como las anteriores, tanto en el espacio de psicoterapia como en el escolar o familiar

El monstruo de los colores en la vida daria

Daniel Siegel y Tina Payne Bryson , hablan de aprovechar los momentos de crisis para fomentar el desarrollo emocional, a través de sostener conversaciones sobre las experiencias y sentimientos que surgen en la vida cotidiana.

En linea con este el planteamiento, el libro El monstruo de los colores, entrega un vocabulario y una metáfora muy útil para sostener estas conversaciones.

Pero para aprovechar estos episodios de la vida cotidiana, hace falta ir más allá de la sala de terapia. Luego de presentar el libro y las actividades realizadas con él a los padres, e puede sugerir que las repliquen en la vida cotidiana.

Siguiendo la actividad con los frascos, por ejemplo, o con las máscaras, la familia puede intervenir en estas situaciones. Dia a día, a través de una conversación en que se use este cuento. puede ayudar al niño o niña a entender los sentimientos que ha experimentado, y diferenciarlos.

Así, se construye una forma de hablar coherente entre la familia y la sesión, lo que permite al niño consolidar el aprendizaje sobre su vida emocional.

Trabajo en psicoterapia y trabajo en la escuela

El monstruo de los colores es un libro tan conocido, y a que es utilizado tanto por docentes como por psicólogos. Esto resulta un recurso útil para trabajar en conjunto con la escuela.

Puede ocurrir que en el colegio del niño o niña que está en terapia, ya están trabajando con este texto (suelen usarlo en preescolares o primeros años de escolaridad). Esto plantea una oportunidad a aprovechar, y se puede usar el mismo texto en la psicoterapia. Otras veces, cuando los docentes me solicitan como psicoterapeuta de un niño o niña sugerencias de manejo, les recomiendo este libro y trabajamos en conjunto.

Así como ocurre en el trabajo con la familia, trabajando así el niño o niña observa consistencia en el uso de la misma metáfora en diferentes contextos. Esto le permite integrarla y utilizarla con mayor amplitud.

Por otra parte, en la escuela ocurren infinidad de situaciones cotidianas que implican la vivencia y expresión de diferentes estados emocionales. En estos casos, las educadoras y docentes deben contener y ayudar en la regulación emocional del niño o niña. Aquí, la intervención contextual en la escuela, puede encontrar un hilo conductor con la intervención en la sala de terapia, a través del uso del mismo referente.

Por lo tanto…

Las posibilidades de este libro para el trabajo terapéutico son enormes. No por casualidad se ha convertido en un éxito de ventas. Además, su autora ha sabido entender este uso, y ha compartido recursos para el trabajo con él.

Y su éxito va más allá del ámbito terapéutico, ampliándose al contexto escolar, y a la necesidad de los padres de tener a la mano recursos para apoyar en el desarrollo emocional a sus hijos.

La gran demanda de este tipo de libros parece ser un indicador de la necesidad que tenemos como cultura. La de desarrollar una relación más sana con nuestro mundo emocional. Desde mi punto de vista, refleja las carencias que tenemos como sociedad para acercarnos a él.

Al principio de este artículo explicaba cómo el desarrollo de habilidades socioemocionales resulta el pilar de casi todos los procesos de psicoterapia infantil. Aquí es donde podemos dimensionar, como terapeutas, la gran necesidad que existe en este ámbito, y todo lo que podemos aportar en él.

Otros libros para el trabajo con emociones:

  • El emocionario (Cristina Nuñez/ Varios ilustradores)
  • El pájaro del alma (Mijal Snunik)
  • El emocionómetro del inspector Drillo (Susanna Isern/ Mónica Carretero)
  • Soy un dragón (Philippe Goossens/Thierry Robberecht)

Referencias y recursos

  • Entrevista a Ana Llenas, autora del libro (aquí)
  • Página web de Ana Llenas, donde se encuentran recursos para el trabajo con el libro, así como sus otros libros (aquí)
  • Daniel Siegel & Tina Payne Bryson. El cerebro del niño. 12 estrategias revolucionarias para cultivar la mente en desarrollo de tu hijo. (link aquí)