* Ilustrador – Thierry Robberecht
* Traductora – María Lerma Ayala
* Editorial – Luis Vives
De qué trata
Soy un dragón, es un libro álbum que relata la historia de un niño al que su madre le dice que no. No sabemos por qué, pero eso le hace enojar mucho. Su rabia aumenta hasta que se convierte en un dragón, que echa humo y no entiende razones. En algún momento la rabia comienza a disminuir, volviendo a ser el niño de antes. Entonces puede volver a recibir el abrazo de sus padres.
Cómo podemos usarlo en terapia
Como habrán podido observar en la descripción del argumento, no es un relato que explique las causas de la rabia. No plantea estrategias para resolverla. Tampoco se centra en las consecuencias de las acciones que realizamos cuando la sentimos. Simplemente describe la experiencia de estar enojado, a través de la metáfora de convertirse en un dragón.
En otro de mis artículos, llamado Cuentos sobre emociones para el trabajo en terapia (link aquí), menciono libros para el abordaje de otras emociones, o aspectos de la experiencia emocional, como la autoconciencia y la capacidad reflexiva.
Validación de la experiencia
En un artículo anterior hablaba sobre confección de cuentos terapéuticos. Explicaba que una de las condiciones para construir un cuento para un proceso terapéutico, era la de describir caminos de solución al problema planteado.
El libro Soy un dragón, toma distancia de esta afirmación. O la solución que plantea consiste en el reconocimiento y validación emocional.
Yo, en este caso, rescato este objetivo, y que no se centre en la comprensión de causas y efectos. También, que no se apresure en presentar caminos de autorregulación emocional. Lo anterior, probablemente dirigiría la atención del lector a esas explicaciones y soluciones, más que a la experiencia misma.
Así, para mí, lo valioso de Soy un Dragón es, precisamente, que muestra la emoción de la rabia como una expresión intensa, pero natural, y que, sin necesaria intervención cesa, devolviéndonos la tranquilidad.
Con otras emociones, como la pena, o incluso el miedo, nos detenemos más tiempo en trabajar la autoconciencia emocional. Porque nos es más fácil validar y normalizar estas experiencias. Pero la rabia es una emoción muy disruptiva para el entorno, y potencialmente dañina. Esto hace que, en mi experiencia, tanto padres, profesores, e incluso terapeutas, tendamos a implementar rápidamente estrategias de regulación emocional. Esto, aun cuando no hayamos trabajado en la conciencia y validación emocional.
Es por esto que Soy un Dragón, me parece un libro útil para la validación de la experiencia emocional. Justamente porque no propone nada más que el reconocimiento de esa vivencia
“No entiende razones”
Otro aspecto importante, a mi juicio, es mostrar cómo los seres humanos, mientras se encuentran experimentando rabia, no son capaces de pensar racionalmente, ni de “entender razones”.
Este punto me ha resultado de mucha utilidad en el trabajo con padres, cuando discutimos estrategias para manejar episodios de rabia y frustración en sus hijas e hijos. Los padres, educadores e incluso los psicoterapeutas, tendemos muchas veces a intentar dar explicaciones a los niños y niñas cuando están enojados, esperando que con ellas se calmen.
Sin embargo, una de las características de este sentimiento es que, en su vivencia, se bloquea nuestro raciocinio. Entonces se puede reforzar como estrategia, el acompañar al niño o niña en esta experiencia, sin cuestionarla, sin esperar que remita rápido, o que piense sobre lo que está sintiendo.
Sólo después de que el niño o niña vuelva a la calma, podremos (y es importante hacerlo), establecer un diálogo que permita la comprensión de sus causas, consecuencias, y ayude a construir e implementar estrategias para su enfrentamiento.