Los procesos de duelo en la Pandemia COVID-19
No sólo los que han vivido la muerte de un ser querido, tienen que enfrentar una pérdida hoy. Muchos han perdido su trabajo, o éste ha cambiado de forma radical su funcionamiento.
La mayoría de los niños, niñas y adolescentes han perdido su forma de aprender y relacionarse con sus compañeros, sus patios de recreo, sus juegos, sus fiestas.
Cumpleaños, celebraciones, fiestas patrias, día de la madre y del padre, y otras muchas formas de reunirnos con la familia, celebrar y relacionarnos, han desaparecido de la forma en que eran antes.
El día a día, para una parte significativa de la población del planeta, ya no es el mismo que en el 2019. Estos son sólo unos ejemplos, de lo que estamos viviendo como procesos de duelo en la pandemia.
Ya no tenemos la certeza de antes
Además, con la magnitud que ha tenido esto, perdimos la certeza (que vagamente cuestionábamos), sobre lo inalterable de nuestra vida cotidiana. Si a cualquiera de nosotros, alguien nos hubiera dicho, en el 2019, que en menos de un año, más de la mitad del planeta cambiaría radicalmente su forma de vida, lo hubiéramos llamado loco, o algo similar. Y ahora, estamos inmersos en ese cambio, recordando lo diferente que fue el 2019. En consecuencia, sostenemos una constante sensación de amenaza e incertidumbre
El trabajo de entender lo sucedido
Muchos de quienes hemos sido criados en occidente, tenemos una idea arraigada de que, cuando perdemos algo importante en nuestras vidas, poco podemos hacer con nuestro dolor. El duelo es algo que se vive pasivamente, y esperamos que “el tiempo lo cure todo”.
Psicológicamente, esto no es cierto en absoluto. Cuando nos enfrentamos a una pérdida significativa (de un ser querido, de un trabajo, de la salud, de nuestra forma de vida, etc.), nos enfrentamos a muchas decisiones que tomar, pero, por sobre todo, a un gran desafío: a entender nuestro dolor, y a trascenderlo, para poder aceptar el nuevo mundo que se nos presenta.
Nuestra cultura no nos da mucho espacio, para entender lo que significan los procesos de duelo en la pandemia.
Entonces es más fácil negar el duelo
En primer lugar, debemos reconocer la realidad de la pérdida, enfrentarnos con las limitaciones que nos impone, con el daño. Al principio, naturalmente, nos negamos a esto, porque muchas veces resulta insoportable. Mantenemos la fantasía de que todo volverá a ser como antes (incluso, quienes pierden a un ser querido, pasan por un tiempo de incredulidad).
Pero llega un momento en que no podemos seguir fantaseando, y entendemos lo que ha pasado. Llega, entonces, el momento de la desesperanza.
Estamos poco dispuestos a sentir esto, al menos, voluntariamente. Tendemos a seguir adelante, como si no tuviésemos otra opción. Optamos por distraernos, hacer como si nada hubiera pasado.
El costo de vivir “como si nada hubiera pasado”
Algunas de las dificultades que esta fantasía nos ha traído, son evidentes:
Exigirnos a nosotros y a nuestros hijos como si no hubiera pandemia, y no estuviéramos trabajando en contextos complejos. Frustrarnos una y otra vez, cuando nos enfrentamos a nuevas restricciones, o a malas noticias en cuanto al incremento de contagios, la falta de camas de hospitalización. No queremos creer que esto siga siendo cierto.
Lo anterior, ha resultado ser un conflicto cotidiano, pero no es la mayor dificultad que trae, el evitar el dolor de la pérdida. Desde el punto de vista psicológico, al no enfrentar esa memoria emocional sobre la pérdida, no sostenemos la emoción lo suficiente como para aprender de lo ocurrido. Entonces, la evitación, que en un momento se ve como la única salida al dolor, se transforma en nuestra trampa, perpetuando esa emoción, cronificando el estado de pérdida, forzándonos a evitarlo eternamente.
Pero ¿Qué significa aprender de lo vivido, emocionalmente?
Sabemos, en el fondo, que las cosas nunca volverán a ser como antes. Aunque el virus desaparezca de la faz de la tierra, la realidad, tal como la conocíamos el 2019, se fracturó irreparablemente. En esa grieta, muchos de los supuestos sobre nuestra vida en este mundo, han sido cuestionados. Algunos venían en cuestionamiento desde antes, otros surgieron como nuevas interrogantes.
Esa aceptación es la que nos permitirá, iniciar los diferentes procesos de duelo en esta pandemia. De todos los aspectos en los que nuestra realidad ha cambiado
El punto es que, si no aceptamos esa fractura, y nos quedaremos estancados, esperando que nunca hubiera existido, nos volveremos como Penélope, que posterga una y otra vez la conclusión de su tarea para no enfrentar lo que viene.
Aceptar la grieta duele, a veces llega a ser casi insoportable, pero es nuestro primer paso para trascenderla.
Sólo así podremos ser capaces de entender este nuevo mundo que crece detrás de ella, en el que, si nos acostumbramos a su luz (al principio cegadora), aparecerán nuevas oportunidades.
Por eso, hace un tiempo, publiqué en mi cuenta de Instagram esta cita:
Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas
mario Benedetti
Y aún, mientras la vida sigue
No es posible, de todas formas, abrazar este dolor y no pensar en nada más. La vida sigue. Hay estudios, trabajo, hijos, cuentas que pagar, gente a nuestro alrededor a quienes apoyar y en quienes apoyarnos.
Pero, en algún momento del día, o de la noche, en que el mundo exterior cese un poco en su demanda, será necesario quedarnos quietos, guardar silencio, y escuchar qué dice nuestro corazón.
Aceptar esa desesperanza, es la única forma de volver a tener esperanza.
La expresión creativa y el juego como herramientas para elaborar la pérdida
Quería hablar en este artículo, además, sobre la forma en que la expresión creativa, y el juego, nos pueden ayudar a conectarnos con estas emociones difíciles, de una forma menos amenazante. Pero ya me he alargado mucho.
En una próxima publicación de este blog (a modo de segunda parte), compartiré esas herramientas.
Por el momento les dejo este video, que publiqué en mi canal de Youtube, sobre mi experiencia personal al respecto:
Referencias para terapeutas y curiosos
- Robert Neimeyer. Aprender de la pérdida. Una guía para afrontar el duelo. (enlace acá)