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El poder sanador de la expresión artística

El arte no reproduce lo visible, mas bien, lo hace visible

Paul Klee

El Arte y la expresión artística como terapia

Si bien se puede pensar el Arte, con mayúscula, como una creación humana, en que desde lo subjetivo y sensible, se llega a un conocimiento universal y trascendente, esta no es la perspectiva que los arteterapeutas utilizan para comprenderlo.

Esta definición, nos refiere a obras de arte, realizadas por un artista, que ha dedicado su vida y su formación, a aprender y descubrir formas, en que su expresión individual trascienda.

(Es así como, a partir de una obra de arte particular, independiente del autor o de la época, nos conectamos con lo humano, y sus valores más profundos).

Como dije antes, esta definición no es la que utilizamos la mayoría de quienes trabajamos con herramientas de arteterapia. No todos quienes se acercan a una psicoterapia a través del arte son, o pretenden ser, artistas. Ni siquiera necesitan conocer en profundidad ninguna técnica, o conocer sobre el tema.

Atreverse a crear

La idea de que, para crear, hay que tener un talento especial, o conocer muchas técnicas; hace que mucha gente no se atreva a participar de estas experiencias. El poder sanador de la expresión artística parte de derrumbar este mito.

Muchos de quienes trabajamos en esta área, entendemos de otra forma el quehacer artístico. Lo concebimos desde la perspectiva del creador, de la expresión, donde se pone el foco en el ejercicio creativo, intencional, en el cual, usando técnicas y herramientas propias de cada medio, se genera un producto concreto (que podemos ver, tocar, oír). Independiente de si ese producto u objeto creado, resulte ser trascendente o universal.

A través de la representación sensible, el ser humano tiene una imagen de sí, toma conciencia de sí: se ve.

José Jiménez. Imágenes del hombre. Fundamentos de estética

¿Y cómo se entiende el efecto terapéutico de esta expresión?

De muchas formas (como en todo). Aquí les explico lo que he ido concluyendo, en mi particular camino de investigación, y de experiencia como psicóloga:

De una forma básica, la expresión creadora, nos conecta con un sentido de vitalidad, que muchas veces perdemos cuando nos sentimos mal emocionalmente. Nos obliga al movimiento:

Cuando pintamos, por ejemplo, estamos obligados a mover nuestro brazo, nuestra mano, aunque sea de forma mínima. Cuando danzamos, debemos mover todo nuestro cuerpo. Mentalmente, a través de este movimiento, nos vemos forzados a explorar y ordenar elementos de forma sensorial. Y eso nos obliga a pensar. Esto es parte importante del poder sanador de la expresión artística.

Pero este, si bien es el argumento básico sobre el cual, resulta útil la expresión artística como forma de terapia, hay formas más específicas en las que nos ayuda:

Encontrar las palabras

En experiencias complejas de elaborar psicológicamente, como las experiencias de duelo, trauma, o malestar emocional profundo, muchas veces no encontramos las palabras que den cuenta de lo que sentimos o pensamos. En mi artículo “Cuando las palabras no son suficientes en psicoterapia“, también me refiero a este tema

Los psicoterapeutas sabemos que, en estos momentos, en que el estrés y el dolor emocional, rebasan nuestra capacidad racional de comprensión, las personas volvemos (aunque sea parcialmente) a las formas de funcionar que teníamos antes de aprender a hablar (precisamente, porque esa intensidad emocional nos quita las palabras).

En estos casos, el poder sanador de la expresión artística, radica en la posibilidad de expresar de forma no verbal (pintar, dibujar, etc.), se vuelve no sólo útil, sino que, desde mi punto de vista, fundamental. Nos permite pensar lo que nos sucede, en esos momentos en que las palabras no son suficientes.

Tomar distancia del dolor

A su vez, una vez hemos creado una pintura, un collage, un dibujo (u otra forma de arte), esta creación constituye un objeto, externo a nosotros, y, de alguna forma, nos permite “mirarnos” a distancia. Entonces, aspectos de nosotros mismos, o experiencias que nos resultan amenazantes, se transforman, con esa distancia, en algo menos difícil de pensar. Generalmente, en este momento, podemos hacer un puente entre aquel modo de pensamiento preverbal (de antes de que aprendiéramos el lenguaje), y nuestro pensamiento racional.

Yo no siempre trabajo con arteterapia con mis consultantes. La modalidad del tratamiento, la ajusto a las formas en que a cada persona le resulta más fácil comunicarse. Pero, incluso cuando estamos en un espacio de terapia verbal, y llegamos a un “callejón sin salida”, en el que las palabras no alcanzan para entender los sentimientos y pensamientos, les propongo jugar, pintar, actuar, escribir cuentos (o leerlos).

Una vez podemos crear, tomar distancia, y, a través de ese ejercicio, ponerle palabras a nuestra experiencia , logramos integrar lo emocional y lo racional, y podemos enfrentar nuestro dolor. Podemos sanar.


Libros bobre arteterapia

  • Marianne Verfaille. Mentalizing in Arts Therapies. (link aquí)
  • Rodrigo Hagar. Arte, locura y psicoterapia
  • Una psicoterapia por el arte. (Sara Paín, Gladys Jarreau).

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1 comentario en «El poder sanador de la expresión artística»

  1. Pingback: Cuando las palabras no bastan en psicoterapia - Paula Goñi

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