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Los zombis invaden la sesión de terapia

A Carlos (nombre ficticio), de 6 años, lo adoptaron tras decretar el tribunal que sus padres (ambos adictos a drogas), no podían cuidarlo. Asiste a terapia por episodios frecuentes de frustración y rabia, además de momentos de mucho miedo y la angustia. En sesión de terapia de juego, repite una y otra vez la escena en que un muñeco femenino y otro masculino, que refiere que se han convertido en zombis, atacan la casa de muñecas, en la que se encuentran los niños. El juego termina en que estos muñecos entran y convierten en zombis a los niños que habitan en el interior.

Al relacionar las figuras de los zombis con sus padres adictos, Carlos puede comenzar a hablar del miedo a ser agredido cuando su madre estaba bajo los efectos de las drogas.

Los zombis pueblan una parte significativa del imaginario popular actual. Son inumerables las películas, comics, series y videojuegos que se basan en ellos. Sin embargo, los significados atribuidos a esta figura han seguido una evolución desde la cultura originaria que los configuró, hasta el día de hoy, a través de los referentes cinematográficos y de la cultura de masas.

De dónde vienen los zombis

El origen histórico del zombi es impreciso. La tesis que más se acepta es que proviene de África occidental, y llegó a Brasil y El Caribe a través de los esclavos. En la cultura Haitiana, se relaciona con la práctica del vudú

Originariamente el zombie es un cadáver que vuelve a la vida, a través de medios mágicos. Luego de resucitar, queda a la voluntad del hechicero que lo hace vivir. Esta descripción se asocia con la vivencia de la esclavitud por parte de los africanos que llegaron a América. Describe de forma metafórica el sufrimiento que padecieron al ser privados de su libertad, y controlados por otros que los obligaron a trabajar. A esto se suma el terror de que esta esclavitud traspase la barrera de la muerte.

Sin embargo, el mito del zombi ha vvido múltiples transformaciones en la cultura popular, lo que le da la calificación de mito vivo, en tanto es contado y recontado, transformado y resignificado constantemente en la cultura contemporánea.

Las 3 generaciones de zombis

Miguel Angel Gómez Ruiz, en una publicación del 2017 (ver aquí), divide las transformaciones en su concepción, aludiendo a 3 momentos de desarrollo en la cultura popular.

Primera generación de zombis

En 1922, se publicó un relato de H. P. Lovecraft, llamado Herebert West: reanimador. Luego, en 1929 aparecería la que es considerada como la primera novela sobre zombis: The magic island (William Seabrook).

Luego, en 1932, se estrenó la película White Zombi (La legión de los hombres sin alma), de Victor Halperin, que es considerada la primera película del género.

En los relatos de esta época, los zombis son considerados personas revividas por prácticas de vudú o científicas, con su voluntad anulada, sin sentimientos ni humanidad.

Llega la segunda generación

En 1968 se produce un cambio en esta forma de comprender al zombi. George Romero estrena la película Night Of The Living Dead (La noche de los muertos vivientes), que más tarde constituye la primera parte de una trilogía, con las siguientes entragas en 1978 y 1985.

En esta película, y en las producciones posteriores, los zombis se convierten en tales, por medio de la contaminación de un virus o de un desastre natural. Se transforman en seres independientes, que pueblan poco a poco el territorio en que habitan. Los mueve la necesidad de comer carne humana (canibalismo), y con su mordida contaminan a sus víctimas, transformándolas también en zombis.

La actualidad de la tercera generación

En la década de 1990 disminuye el interés por los zombis, pero reaparece el 2002, con el estreno del la película 28 Days Later (28 días después), y luego Resident Evil. Aquí la temática se consolida como subgénero, ampliando su soporte a los comics y videojuegos. Luego, en el 2010, a partir de una serie de tiras cómicas, aparece la serie The Walking Dead, reconocida como una de las mejores series del último tiempo.

En esta última generación, según Gómez Ruiz, se consolida la idea de la contaminación como causa del origen del zombi. Además, se amplía la estética de la destrucción, entregando una visión de un mundo apocalíptico y sin retorno.

Los zombis en terapia

A pesar de sus transformaciones, un zombie sigue siendo un ser autómata, con un estatus sociológico de objeto más que de sujeto, que pierde la relación con su vida anterior y las características humanas como el raciocinio y la emocionalidad.

Ha sido pensado en múltiples ocasiones como una metáfora social del individuo automatizado y alienado, parte de un orden social que lo cosifica. Se plantea como crítica al capitalismo y, a su vez, como una propuesta de destrucción de este sistema.

Desde la perspectiva de la psique individual o de la dinámica familiar, dificilmente podemos trabajar la simbología del zombi con interpretaciones predeterminadas. Las conclusiones y aportes de este mito para la terapia dependerán del diálogo que establezcamos con el niño o niña.

Las ideas a continuación corresponden sólo a una guía

Pensar a los zombis

  • El zombi como referencia a un ser alienado, automatizado y carente de voluntad o sentimientos.
  • La percepción de un entorno apocalíptico y sin retorno.
  • La fantasía de destrucción como una necesidad de romper con un entorno ingrato y dañino.
  • La identificación con el zombi, en tanto un ser rechazado y percibido como problemático.
  • La dicotomía entre el mundo civilizado y racional, y la barbarie o proliferación de lo impulsivo.
  • El zombi como personificación de la angustia frente a la muerte en tanto destrucción del cuerpo físico.

Un desarrollo interesante sobre la figura del zombi y su relación con el sufrimiento psíquico, se muestra en el artículo de Lorenzo Carcavilla Puey, en que, desde la perspectiva de la psicología analítica, considera el mito del zombi, en su paralelo con el enfrentamiento de la sombra y el desmembramiento de la psique en función de la construcción de un nuevo yo.

En su artículo, apoya la idea de utilizar los zombis en terapia, aludiendo a la importancia de la cultura popular para la psicología, aunque esta tenga un valor cuestionable desde el punto de vista artístico:

No es tan importante la calidad formal o la elaboración conceptual del arte, sino su sentido inconsciente, tanto más valioso cuantas más personas se sientan afectadas por ello.

Los zombis se vuelven amigos del terapeuta

Los zombis en terapia pueden aparecer a partir de los juegos e historias, o cuando los niños o niñas comparten su interés en películas, videojuegos, series o comics del género.

Por mucho tiempo me basé tan sólo en mi intuición para guiar el diálogo terapéutico cuando estos contenidos aparecían. Sin embargo, a través de los conceptos investigados, tenemos diferentes propuestas de relfexión en torno a ese material. Esto amplia nuestros recursos para su uso en terapia, de forma significativa

Así, a través de estas ideas, se pueden plantear actividades, cuando aparecen los zombis en terapia.

  • A través de la expresión artística a través de dibujos, collages, pintura, etc. (ver este artículo).
  • Se pueden usar como personajes en la construcción de cuentos terapéuticos.
  • Si aparecen en el contexto del juego simbólico, su simbología se puede abordar a través de los principios generales de la terapia de juego.
  • Y, como última idea, aprovechar la existencia de multiples videojuegos al respecto para abordar la temática dentro del encuadre de la terapia online.

Todos conocemos a loz zombis. La cultura popular está repleta de referencias a ellos. También, se describe su éxtito y apogeo en épocas de mayor inestabilidad e incertidumbre social.

El imaginario apocalíptico, el miedo a un punto sin retorno de la humanidad, en que nuestros sistemas de vida cotidiana colapsen o se tranformes definitivamente. Todos estos son temas que en la actualidad se nos han hecho cada vez más patentes.

Entonces:

¿Cuántas veces en estos años, los niños y niñas que están en terapia contigo han mencionado a los zombis?


Referencias para terapeutas y curiosos