El trabajo como psicoterapeuta puede llegar a ser muy solitario. Si no tenemos un co-terapeuta, trabajamos en equipo con otros profesionales, o participamos de un espacio de supervisión, no podemos cotejar con otros las intervenciones realizadas.
Además, es difícil describir el cambio terapéutico y atribuirnos el éxito o fracaso de determinado proceso, ya que hay muchísimos factores involucrados.
Aprendizajes
Esto me llevó muchas veces a sentirme insegura sobre lo que hacía. Desde un principio, intenté superar esa inseguridad haciendo un magíster, cursos de especialización y diplomados. Aún sigo haciendo cursos.
Aprendí que cuantas más herramientas conozco, más preparada me siento para abordar ciertos temas
Pero lo que más me ha beneficiado de esas instancias han sido los espacios en que he compartido con mis colegas (y otras personas) sobre lo que hacía, en los que he aprendido de mis profesores a desarrollar una mirada y un criterio sobre el proceso psicoterapéutico
De todas formas, siguen existiendo situaciones en las que no conozco una estrategia o técnica específica, o no sé muy bien qué hacer.
Aprender a navegar en aguas poco claras es una de las cosas más difíciles de aprender, sobre todo cuando tienes una responsabilidad con otro, que se encuentra en una situación de gran vulnerabilidad.
El arte y el juego
Pero, por otra parte, descubrí que las sesiones más productivas y beneficiosas ocurrían cuando yo dejaba de intentar controlar cada aspecto de la intervención, y daba espacio para la espontaneidad.
Yo siempre he escrito, dibujado, pintado, y he hecho todo tipo de manualidades. He experimentado cómo el proceso creativo sana. Por eso me fue fácil integrarlos a mi práctica, como psicoterapeuta y supervisora, en la asesoría a estudiantes y colegas. El arte y el juego son herramientas con las que se puede indagar e intervenir en los problemas humanos de forma más segura emocionalmente, y con mayor espontaneidad.
Desde ese momento enfoqué mi formación hacia esos temas, realizando especializaciones y participando de grupos de aprendizaje sobre el uso del arte y el juego en psicoterapia.
Compartir mi experiencia
Luego tuve la oportunidad de organizar estas experiencias, y compartirlas con mis estudiantes en diversas universidades. Y la Pandemia hizo lo suyo (otra historia). Así es que desde el 2020, me he dedicado 100% a realizar psicoterapia online con niños, niñas y adolescnetes. Y como psicoterapeuta y supervisora, a implementar estrategias desde el arte y el juego en este espacio ha sido un gran desafío.
Si quieres saber más sobre mi trayectoria profesional, puedes ver mi perfil de Linkedin aquí